Hoy lamentamos la perdida del Ilustrísimo Señor Don Federico Gonzalo Cordero, un hombre que dedicó parte de su vida a nuestro pueblo. Como exalcalde, su entrega y compromiso dejaron una huella imborrable en nuestra comunidad y en quienes tuvimos el privilegio de conocerle, siendo el primer Alcalde de la democracia.
Para mí, esta despedida es especialmente significativa. No solo compartimos el honor de haber servido como alcaldes de Guadalupe, sino que también tuve la fortuna de recibir sus consejos y apoyo en muchas de las conversaciones que mantuvimos. En cada una de ellas, él demostraba un profundo conocimiento de nuestro pueblo, un amor genuino por su gente y una visión clara de cómo trabajar por el bien común.
Hoy, su partida nos deja un vacío, pero también un legado imborrable. Recuerdo siempre, la compra de los instrumentos a la Banda de Música de Guadalupe a la que pertenezco, aunque estoy seguro que son muchas las huellas y obras dejadas de aquella etapa que le tocó liderar como Alcalde de Guadalupe.
En este momento de despedida, quiero expresar mi más profundo agradecimiento por todo lo que Federico nos dio. Gracias, Federico, por tu ejemplo, por tu amistad y por haber compartido conmigo la responsabilidad y el privilegio de servir a nuestra comunidad.
Tuve el acierto de impulsar y llevar a buen puerto otorgar el título de Alcaldes Honoríficos a todos los que lo fueron en la democracia, siendo aprobado por todos los grupos municipales en un pleno celebrado el 21 de diciembre de 2017. Fue unos meses después, el 5 de mayo de 2018, cuando se hizo entrega oficial de la distinción y siempre recordaré de manera especial la intervención de Federico Gonzalo, plena de emoción y de humildad, llegando incluso a pedir disculpas por los errores que hubiera podido cometer.
Que descanse en paz, sabiendo que su memoria será siempre una inspiración para todos.
Celebro que la actual Corporación haya decretado el luto oficial que nuestro querido Federico merece, por su condición de honorífico y por su entrega a nuestro querido pueblo entre los años 1979 y 1983.
Mis condolencias a sus hijos y nietos, hermanos, sobrinos y resto de familiares y amigos.
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